15 de diciembre de 2008

Palabras A Elga.

(¡Mi Dios, Te he visto en los ojos de la Amada!
Ahora soy Tu esclavo y Tu oculta voluntad mi senda.
Te estaré sumiso porque soy la obra de Tus manos.
Soy en mi totalidad Tuyo y Tu eres las flores.
Eres las raíces y la Tierra y los designios.
¡Abrazas Oh Grande como el mar abraza a la playa!)

Argumento
Los antiguos aceptaban, como elementos complexivos de la naturaleza, la tierra, el aire, el agua y el fuego. De repente alguno denunció la existencia de un algo más sutil, otro habló: es etéreo. Lao Tse lo nombró TAO, otro lo dijo quintaesencia. Swedenborg insinuó: es todas las cosas reunidas en un punto. Permítaseme decir que he visto ese algo en los ojos de mi amada.

1
Subí a la cordillera y la he visto hoy.
Es dulcísima, bella mujer y joven aún.
Leía, recortando su figura un monte de plata.
La rodeaban muchos animales, absortos viéndola.
Al aproximarme todos los animales huyeron.
-¿Por qué se alejan? -dije. Y ella contestó:
-Tú has comido carne. Yo solo pan amasado,
algunas frutas y agua de la cordillera.
Huyen porque solo lo similar atrae a lo similar.

2
Dices que soy tu punto de referencia como nadie lo fue.
Hablas cosas de tu vida y dices nombres que te confirman,
repites no haber sido de otro en cuerpo y alma con testigo.
Quizás mientes. Puedes mentir y no me importa.
Te acaricio y puedes estar mintiendo.
¿Qué me importa?
¿Acaso tus labios son menos calientes?
¿O tu cuerpo es menos suave al roce de mi cuerpo?

3
Cuando me esté durmiendo para siempre,
amada, quiero que acurruques mi cabeza
entre tus piernas cobíjame, y susurra
nuestra historia aquella de amor.
Imprégname con tu voz y repite para mi,
repite los nombres que te doy
mientras mis manos acarician
tus formas frescas y ondulantes,
mi caballita de mar.

4
No soy oriental ni occidental
no vengo ni de la tierra ni del mar
ni del fuego ni del aire
tampoco del Paraíso ni del Infierno.
No soy vegetal, no soy mineral,
no soy animal ni vengo del Cielo.
No soy de este mundo ni del que pasó
no tengo rostro ni sombra ni nombre
no tengo ni cuerpo ni alma ni nada.
Soy sólo tu amor, mi amor,
imagen íntegra de mi vida.

Conclusión

Te veo y veo la verdad.
No nos hemos entregado al acaso,
estudiamos el tiempo y las circunstancias.

El momento ha sido propicio: hemos hablado
si no, hubiésemos callado.

El que tiene un tesoro no lo enseña, así
no revelamos nuestro lenguaje secreto al mundo.
Y con nuestros pensamientos construimos el mundo.
Nos hemos vencido a nosotros mismos
y es mejor que vencer a mil en mil batallas.
Ganamos. Y nadie nos quitará la victoria.
Ni cielo o infierno pueden volverla una derrota.
Nos haremos el bien cuanto podamos
y nuestra paz, como el alba, iluminará la casa.

Una Calle Amplia

Elga es una calle.
Una calle hecha de piedras juntas
en armazón contiguo
enfilada a ejercer dirección y
monumentalmente rodeada de edificios variables
sus piedras dan forma a otro recuerdo anterior,
una a una la hacen única y más amplia que
Yo-mi-me que había renunciado al matrimonio).
Elga es una calle que se camina sin torcer.

Ahora he iniciado otras cercanías
pero cualquier calle con nombre de mujer
significa tu rostro, Elga,
vaivén de calle a rostro de rostro a calle.
Este rostro que ya no poseo,
esta calle que ya no transito
ahora en sí misma es su fin.

Ahora te pienso
Siempre pienso en ti.
Ahora, debo confesar que este espectro mío
ya no tiembla ante tu ausencia
Venus de espeso bello en tu sexo.

Ahora que no eres ni quietud ni movimiento
que no eres ni objeto ni sujeto
pienso los dichosos tiempos aquellos, y no duros
en que a veces me equivocaba de puerta
entraba me sentaba y callaba.

Ahora que ya no eres el no que negaba
tú, Elga imprevista, eres mi conmoción
mi finito, un finito infinito: cerca y lejos.

Ahora, que yo creo con tal fuerza en la inmensidad
pienso que mientras menos te veo y no me vez
más nos parecemos, más te acercas.
Por eso no te he perdido ni me has perdido.

Regresaba yo a casa al Atardecer

Regresaba yo casa al atardecer y pensé
¿cuánto hay de increíble en nuestro cuerpo,
cuánto hay de increíble en nuestras mentes
si siempre vamos marchitándonos?

El aire parecía transparente y
de súbito tuve miedo de mirar.
Dejé de ser yo y es él -el otro
no soy yo quien esto escribe.

Me dirigí a la sombra en que se mueve
incierto el toro negro. Allí vi un
animal amarillo temblando en silencio
sonriéndome tanto tanto, que
su padre palidecía en el sueño.
Palpé la huida húmeda de la niebla
y calló la razón: el secreto allí no existía.
Luego me persuadió a la fuga cierto triste olor.
Ya en casa y con tu carta en la mano, pensé:
cuando ya no nos una solo infinita distancia
y nos rindamos desnudos, alegremente,
con tu risa a flor de piel y mi piel en tu piel,
Cuando no te busque como te busco, finalmente
no serás ya mi bien ni mi mal imposible.

Rompimiento

1
En un lugar abierto, luminoso y alto.
Dos amantes procuran distraer la eternidad.
Son discusiones inciertas de una noche cualquiera,
que esta noche es como será mañana, como ayer, como todas las noches.
Al mirarse a los ojos descubren, con asombro,
que lo que hubo ya no está.

2
Aquí es de noche y todo en calma
ahora alguna entra al cuarto éste
y lleva la bata que olvidaste.

3
Si me amabas como decías
aún debes estremecerte a mi paso.
O ¿qué clase de amor era el tuyo
que al verme no te sobrecoges?
Yo ante ti me agito,
mis entrañas aún se mueven
como el viento sacude los roqueríos.

Encuentro

Tu piel espléndida y clara como la luz
se abre en mi sangre y la detiene.
Nosotros somos tiempo. Tu cuerpo,
mi mente cuando piensa y las cosas
a nuestro alrededor.
Es fácil que el sentido nos engañe y
no seamos nuestro destino último,
pero no hemos impedido que el agua corra
o que lo bueno interfiriera con lo mejor.
¿De qué otra manera nos podíamos convencer
sino creyendo que esto es real?

Sí, todo está bien sí, y seguirá bien.
Todas las cosas están bien mi amor...
mira que estamos a un cuarto de distancia del alma
mira que te pareces al agua fresca.

Palabras A Usted

Todos los amores terminan un día.
Porque así está escrito y la palabra es la ley.

(Para ti, que no te nombro, amor mío
-y hablo en serio- para ti.)

Porque vienes de un pueblo de sábanas bárbaras.
Por eso, agua ardiente, he renunciado
y aquí juego lo que me queda de luz en el alma.
Apuesto a tu piel vigorosa de arena húmeda.

Soy el más ardiente de tus amantes. El más fiel.
Y por ser nuevo en esta mi nueva condición
(o se me iba a torcer la boca de tanto sonreír)
sólo ruego que en la entraña de la piedra no
ahúyen mis muertos...
pero es que delante de mí ya avanza su hálito
pero es que he caminado muchas veces solo,
a la orilla de los roqueríos costinos,
Con la angustia del amor y el rugido del mar.

Aviso
Hay días
en que estoy muerto como la luz de la luna.
Hay días
en que me asalta esa sombra que me sueña
y la eterna presencia en mi espejo negro
(desnudo enigma que consuela mis secretos).
Hay días
en que debo quedarme sin saber por qué
en que camino por la casa sin abrir la boca
resistiendo así, precisamente así.

Hay días
en que nada de cuanto existe me pertenece
nada de mi pasado, nada de mi futuro
si acaso tu mirada...
Hoy ten cuidado conmigo. Ven,
cerremos las ventanas y no me dejes salir
mira que ésta es una de esas mañanas
que sorprende a los guerreros sombríos.

(c)Waldemar Verdugo Fuentes.

No hay comentarios.: