16 de diciembre de 2008

Palabras Al Amigo.

El mañana es definitivo cual férreo ayer
Lo que nos sucederá ya es sendero caminado
El Gran Pintor ha tendido su paleta
Pero no te asustes. Porque aún a oscuras
En el centro de la noche y el relámpago
Siempre te será dado ver la luz, un poco.
La vida es dura como el miedo
Pero siempre allí está Dios, que acecha
Pues aunque tú a El no veas, El si te ve.
Compórtate como si estuvieras en Su presencia.

¡Cruza el Torrente!

Todos los hombres hemos temido.
No desanimes. Busca refugio en ti mismo,
a veces hace bien ir a los templos.
A ti, el mundo nada puede reclamarte,
estás despierto y los dioses te admiran.
No tienes nada y a nada estas sujeto
No rompes la ley de la armonía
y sabes que el deseo es un río que se precipita.
Vigilas una tercera parte de la noche.
Eres puro y te concentras en los mejores pensamientos.
Tu eres tu propio mismo ¿Quién más en realidad?
Eres el que ha vencido su violencia
el que ha desechado las malas acciones
y ha convertido su agresividad en paz.
Eres fuerte y eres joven. Es tiempo de levantarse
así como el elefante logra salir
del pantano en que se ha metido
¡levántate a ti mismo!

Tu fuerza eres tú mismo: todo un ejército.
Has despertado y lo has hecho para siempre.
Todo está bien y seguirá bien. ¡Anda!

Sensación

Cierta hosca hora de la noche, camino por los desiertos, por pantanos pantanosos, por cementos milagrosos y por túneles abiertos. Un fantasma -imperioso y furibundo- que un rojo imperio habita cauteloso, invade el pensamiento en que me hundo.
Ese cierto fantasma (que es de lodo tan lodoso, de azabache, basalto, oscuro, gris, opaco, de mercurio y cobre tembloroso, de azufre sulfuroso) que pasea su sombra por el mundo, poderoso
está
tejiendo
una
jaula
en
torno
de
mi mismo.
Pero el Amigo
(el buen lobo del camino)
hace
pedazos
la
jaula.

El Loco

He visto a un loco llorando con grandísima amargura.
Me acerqué y dije: "¿Por qué lloras?"
Y el loco habló diciendo que clamaba,
lloraba "para mover a piedad Su corazón":
-Quiero volar y ruego a Dios -dijo el loco.
"¿Volar? Desdichado..." pensé, y dije aclaratorio:
-Aquel del que hablas no creo que tenga corazón.
-Te equivocas -afirmó-. Sólo Dios es el que hace.
El es el único dueño de todos los corazones.
Y -créame- ¡el loco salió volando!
¿No es como para pensar que el corazón es la Vía?

El amigo

Un hombre se encontró a un ángel.
El ángel sostenía un libro y algo anotaba.
Al fin el hombre preguntó:
-¿Qué haces?
Y el ángel anunció:
-Escribo los nombres de los amigos de Dios.
-¿Y pondrás mi nombre en ese libro?
-Tú no eres amigo de Dios -sentenció el ángel.
-Pero soy amigo de los amigos de Dios -dijo de inmediato el hombre.
El ángel, por un instante, no pronunció palabra, para luego sentenciar:
-Registraré tu nombre en la lista. Al fin que la unión del hombre también hace Su fuerza.

El Ciprés

Un discípulo propone al maestro esta cuestión:
-De los árboles creados por Dios el ciprés es estéril. ¿Cómo explicar la excepción del ciprés? ¿La razón del ciprés si no da frutos?
-Es cierto. De todos los árboles el ciprés no da fruto. Los otros árboles por sus frutos son amados, pero a la llegada del invierno están como muertos despojados de sus hojas, solo dan tristeza sus ramas secas. Sólo el ciprés nos alegra en el invierno. No da fruto pero está siempre verde. El verde entrega paz al corazón.

La Casualidad

Hay decisiones divinas:
El sabedor de arquería
por su técnica precisa
da en el blanco
a la mayor de las distancias.
Pero si en pleno vuelo
la flecha y un rayo chocan
la técnica perfecta
pierde toda su eficacia.

(c)Waldemar Verdugo Fuentes.

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