24 de diciembre de 2008

DE EL MUNDO QUE AMO

CANTO A DIOS MISMO
(fragmento de "EL MUNDO QUE AMO")

Argumento

Por mucho tiempo anduve errante en la Tierra,
para recrearme. Y en todas partes, confieso,
la belleza se deslizó en mi vida como un ladrón.
La belleza me llegó en diferentes formas,
encantando mi alma de inmediato, sin edad,
súbita, fugaz, repentina, con nuevas vestiduras.
Sumergiéndose en mi a la medida que fui viendo.
Vi la belleza en medio de la noche,
al amanecer, en la tarde, por el mediodía.
Vi belleza en las iglesias y en cantinas,
la vi porque no manifesté incredulidad
y mi oído no se negó a oír: Yo también soy Dios.

1
Me muevo cuando Tu quieres que me mueva.
Mis palabras son aquéllas que Tu determinas,
entonces, ¿cómo hablarte? ¡Oh, Dios!
¿Si no hay camino fuera de Tu camino?
Das todo por nada porque Tu eres todo,
no hay más: todo somos Tu mismo.
¡Oh Tu!
Que no tienes cuerpo y eres todos los cuerpos
¿cómo he de alabarte?
Porque eres todo lo que puedo ser
y todo cuanto puedo decir. Lo eres todo.
Eres lo nacido y lo no nacido.
Eres el bien y el mal de todas las cosas
¿cómo he de alabarte?

2
El deseo de ti
me ha absorbido de tal forma
que en mi corazón se agotó todo.
Ni amor u odio guardo a nadie.
Puedes regalar a mis enemigos cuanto poseo.
Da a mis amigos lo mejor que me tienes reservado.
Yo contigo tengo más que suficiente.

3
Dios, no hay más Dios que Tu.
El amor es Tu don y procede de Tu gracia.
Nunca oí el canto de las gaviotas,
el temblor del viento, la risa graciosa,
la música del mar o el estampido del trueno,
sin saber que todo era testimonio de Tu presencia.
Nada se Te asemeja y todo se Te parece.

4
¿Cómo adorar a quién no se ve?
Eres un rayo de luz que se proyecta súbito,
un rayo de color claro oscuro, que no veo.
Oh Dios, hazme bienaventurado, y no Te ocultes
porque si no Te veo me apago, irremediablemente.
Pero si no Te ocultas, Oh Justo, en el camino,
el sendero es pura luz por Tu sola contemplación.
Pero si Te me ocultas, todo se parece a la muerte.
No sé qué es aflicción o desdicha
cuando se revela a mi corazón Tu hermosura.
Que nada vea sin que en ello Te vea, Oh Altísimo.

5
Me han preguntado qué edad tengo.
"Un año" -respondí.
-¿Cómo puede ser? -dijeron.
Y expliqué:
"Es que durante toda mi vida anterior,
Dios estuvo oculto a mis ojos. Pero Le he visto
durante este último año, y el tiempo que estuve
cegado a Su luz, en verdad, no pertenece a mi vida."

6
En la calle y en mi hogar, sólo a Ti veo.
En el mar y en la cordillera, sólo a Ti veo.
Te veo a mis espaldas y en mi frente,
en la risa y el silencio. En el sol.
No veo alma ni cuerpo, espíritu o materia,
causas o efectos... sólo a Ti siempre veo.
En la escasez y en la abundancia, a Ti veo,
en la contemplación, en el ayuno y la plegaria,
en la tribulación y en el favor a Ti veo.
Abro mis ojos y Eres todos los otros ojos.
Te descubro en todas las miradas y en los ciegos.
Oh Hacedor, sólo a Ti veo siempre.
Me derrito en Tu fuego y el frío no hiela.
Me desvanezco en la nada, me hago niebla,
espuma, rocío, humedad, diamante del agua.
Y Tu estás en todas partes. Así no más es.

7
Todo, excepto Tu, perece.
Dime,
Cuando vienes, ¿cómo he de verte?
Con tus ojos, no con los míos.
Pues nadie Te ve, sino Tu mismo.
En la noche oscura a veces de mi alma,
dime,
¿cómo he de tener Tu luz sin que me ciegue?
Sin verte, que al no mirarte, Te presiento,
y con eso basta a mi corazón.
Que todo es Tu: Uno y lo mismo.

8
¡Oh final de mi designio!
Eres todo mi todo. Aquí estoy.
Señor, soy a tus pies. Heme aquí.
¿Cómo acercarme si Tu no lo haces antes?
¿Cómo hablarte si no me hubieses hablado?
Oh Confidente, Oh Esencia.
Eres mis párpados, mis ojos,
mi vista y lo que veo.
Oh Centro de mi existencia.
Eres mi cuerpo cada parte de él,
mi destino inequívoco y su expresión propia,
el sumo éxtasis y mi alimento todo.
Eres mi huésped y a Ti solo me humillo,
que nadie más ha de verme jamás arrodillado.
Oh Razón interna y externa.
Sea mi vida Tu vida. Se en mí.
Oh Templo del pensamiento absoluto.

9
El universo no puede contenerte
pero -lo prometo- mi corazón, sí.
Es así mi amor y este anhelo.
Tu lugar está en mi corazón,
en mi corazón por entero.
Nadie más que Tu tiene sitio en él.

10
Oh Dios
hazme como la ostra
que llena de perlas
las manos que la quiebran.
O como el sándalo,
que perfuma el arma que lo hiere.

11
Que nada es verdad sino Tu.
Hágase Tu voluntad en mi fin y en mis actos.
Esencia de mi ser, eres mi oído y mis ojos,
mis palabras, los átomos que me forman.
Si hay alguien que te ama, ese soy yo.
Soy Tu amado, el fuego y la mano que lo enciende,
la sed y la alegría del bebedor, el error y
el acierto. Tu cuerpo y Tu alma soy yo.
Soy la verdad y la mentira, el agua,
la Tierra, lo fácil y lo difícil,
lo primero y lo último, la ignorancia y
el conocimiento, el incrédulo y la fe.
Soy el infierno y el paraíso, todo
cuanto en la vida se contempla. Yo soy.
Dios, cuando algo me toca, Te toca.
Tu eres yo. Y yo soy tu barro moldeado y Tu soplo.

12
¡Mi Dios, Te he visto en los ojos de quien amo!
Ahora soy Tu esclavo y Tu oculta voluntad mi senda.
Te estaré sumiso porque soy la obra de Tus manos.
Soy en mi totalidad Tuyo y Tu eres las flores.
Eres las raíces y la Tierra y los designios.
¡Abrazas Oh Grande como el mar abraza la playa!

(c)Waldemar Verdugo Fuentes.