20 de agosto de 2014

RECOPILACIONES TAOISTAS ISBN 9789563580068.

Traducción de “LIBRO DEL CAMINO DE LAO TSE”, TAO-TE-CHING. El “Tao-Te-Ching” de Lao Tse hijo de Naiu-Yu, bibliotecario de los archivos de la dinastía Chou oriental, en el período de la Primavera y el Otoño (700-475 antes de nosotros), es una serie de 81 poemas que sistematiza la filosofía del TAO. Esta traducción publicada originalmente en papel vegetal en 1983 rescata las correcciones en nuestra lengua realizadas por Jorge Luis Borges, leída esta versión a él y anotadas por el traductor al castellano Waldemar Verdugo Fuentes, de la versión realizada del idioma chino al inglés por Lin Yutang y Omar Peña Díaz. El taoísmo indica hacer las cosas como si no se las hiciera. El pensamiento último recogido por el guardia fronterizo Yin-hsi que aprendió de Lao Tse, fue el Wei-Wu-Wei: hacer al no hacer. Que puede ser entendido como la práctica de la inacción, el dejar a la naturaleza que siga sus propias leyes; lo que no significa “no hacer” sino que significa “hacer las cosas como si no se las hiciera”, la práctica natural del oficio, porque los taoístas son antes que nada practicantes férreos de su oficio, sea este cuál sea, son grandes trabajadores. Famoso es el pasaje que narra el encuentro entre Lao Tse y Confucio (año 517 antes de nosotros, cuando trabajando Lao Tse de bibliotecario, lo busca Confucio). La narración dice que a causa de su juventud, Confucio llegó pedantescamente delante del anciano filósofo, con el propósito de predicarle toda su doctrina del amar a todos los seres con un amor auténtico y sin interés alguno. “No comprendo vuestro punto de vista -le dijo Lao Tse-. Ese amor universal de que hablas, ¿no es acaso una perversión de los sentimientos naturales?, ¿no es una intromisión, acaso?, ¿no es interesarse diciéndose desinteresado?...mira el cielo, el sol, la luna, las plantas y los animales en la naturaleza. Ellos no tienen necesidad de vuestro interés en amarlos y ordenarlos. Señor, trabaja por considerar y mantener al mundo en su forma original. El cisne no necesita para ser blanco bañarse cada mañana, ni el cuervo necesita teñir sus plumas de negro, porque el negro es su color natural. La sencillez original de lo negro y lo blanco está más allá del alcance de todos los argumentos. Cuando un estanque se seca y los peces quedan sobre la tierra, humedecerlos con el aliento o mojarlos con un poco de saliva de nada servirá, se asfixiarán de todos modos; lo que los peces necesitan es la profundidad del río, su libertad y sus sombras”. La tradición cuenta que una vez que Confucio regresó de este encuentro con Lao Tse, declaró a sus discípulos: “Los pájaros vuelan, los peces nadan, los cuadrúpedos corren. Al que nada se le agarra con red; al que corre, con una cuerda; al que vuela, con un arco. En cuanto al dragón que se eleva hacia el cielo llevado por el viento y las nubes, yo no sé cómo se le puede coger. He visto a Lao Tse. Él se parece al dragón”.

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