18 de octubre de 2008

Recuerdo de Ylenia Carrisi Power.


Según los datos de la Organización Mundial de Salud para nuestros países de América, desaparecen anualmente unas tres mil personas; en Norteamérica una tercera parte de ellas. He sabido de la respetada amiga mía Romina Power, cuya hija Ylenia Maria Sole Carrisi Power, va cumplir veinticinco años de desaparecida, durante un viaje a Nueva Orleans, donde fue que supieron por última vez de ella cuando les habló desde el hotel Le Dome, el mismo en cuyo bar Charles Bukowski tomaba sus cervezas. Ha transcurrido un cuarto de siglo, pero Romina nunca perderá las esperanzas de que su hija aparezca y no siga viviendo en las frías cifras de una estadística. El padre de Ylenia, el amigo Albano, uno de los artistas italianos más queridos en Latinoamérica, en cambio, cree ahora que su hija pudo suicidarse durante un periodo difícil de su vida lanzándose a las aguas del río Mississippi, el padre de las aguas, según testimonios rescatados con la policía de Nueva Orleans. Por Linda Christian conocí a Albano y Romina, ahora separados, en mejores tiempos para ellos, cuando llegaban a la Ciudad de México en plan de trabajo o familiar, por residir Linda en el Distrito Federal, con quien hace unos años me pidieron conversar largamente para Vogue en una entrevista que se convirtió en parte de sus memorias.
Romina, que es una de las mujeres más delicadas que he conocido en mi vida, de las más dulces en su trato y gestos, diría yo, nunca ha perdido sus esperanzas. Y el adiós de Ylenia Carrisi tiene el inconfundible aroma de una huida a ninguna parte, de la que se regresa sólo por designio de Dios, a quien también encomiendo al recordarla con estas líneas.

Mi encuentro con Linda Christian en http://linda-christian-vogue.blogspot.com
(En foto Romina Power y Waldemar Verdugo, archivo VOGUE)

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