7 de abril de 2011

DE DOLORES Y PLACERES


Selección, compilación y estudio de Gerardo Bustamante Bermúdez, la obra “De dolores y placeres” suma entrevistas al poeta Elías Nandino realizadas entre 1954 y 1993. Es un libro editado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal que rescata testimonios de uno de los poetas fundamentales de la lengua española, un trabajo necesario para acercarse a Elías Nandino en una obra cuyo diseño pertenece a la artista mexicana Gabriela Oliva, con singular portada de Elvira Wen Lemus Estrada y excelente edición al cuidado de Gustavo Martínez. He terminado de leer este libro en mi taller literario acá en Chile y hubo juicios precisos sobre el interés que despierta su lectura en conocer la poesía de Elías Nandino y, así mismo, adentrarse al grupo literario Contemporáneos que durante el siglo XX ejerció su influencia desde México a toda América, opinión absolutamente vigente. A la erudita introducción “Cuando hablas nace la poesía...” de Gerardo Bustamante Bermúdez, la obra recupera los acercamientos que tuvieron al poeta escritores enormes como Sergio Magaña y Juan Cervera, críticos y autores como Teresa Castro, Lilia Martínez Aguayo, Leopoldo Ayala, Miguel Ángel Morales, Bruce Swansey, Sandro Cohen, Gonzalo Valdés Medellín, Gregorio Monge, Carlos A. Cruz, Gloria Velázquez, Gerardo Ochoa Sandy, Salvador Encarnación, Arturo Alcántara Flores, Ana María Longi, Óscar Trejo Zaragoza, César Güemes, Carmen García Bermejo, Juan María Navjea y Edgar Mendoza, Gabriela Gutiérrez López, Santiago Espinosa de los Monteros, Eduardo Castañeda y Andrés Kroepfly. También se incluye la entrevista que realicé al poeta Nandino para revista Vogue en enero de 1983, y una visión de él que me regaló en varios años de frecuentarlo publicada en junio de 1987 en diario UnoMásUno de México. Debo decir ahora que releer mi modesto testimonio del poeta, cuya humildad hacía de él un hombre de virtud enorme, me ha emocionado porque me llevó a una época de mi vida cuando residiendo en México crucé no pocas veces hasta Cocula en los altos de Jalisco, donde el maestro Elías Nandino me recibió siempre en su hogar con las puertas abiertas, como solía hacer con quien se acercara a él. En una lectura que realicé en el Convento del Carmen de Guadalajara me presentó con elogiosos comentarios que hasta ahora animan mi trabajo, y lo pude ver cada vez que iba a la Ciudad de México, donde él alojaba en casa del director teatral Xavier Rojas, quien también me brindó su cálida amistad. Así pues, vaya en honor de la memoria amistosa que ha encendido mi corazón en México la reproducción aquí de mi testimonio acerca del maestro Elías Nandino que ha rescatado este trabajo “De dolores y placeres”.
Waldemar Verdugo.

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