“-Hay
tantas cosas que suceden y uno no se explica... quizás es porque no tienen,
simplemente, explicación. Cuando trabajaba en los caminos, una vez debí
atravesar unas montañas guiado por topiles, que así se llama a los guías.
Entonces me caí de la mula y se me rompió un diente; me salió mucha sangre; yo
quise seguir caminando, pero los guías me lo impidieron, me hicieron a un lado
del camino y al ver que yo no tenía intención de quedarme, sencillamente me
amarraron y me dejaron allí, solo. Casi era de noche, pero allí me dejaron, en
ese camino que atraviesa las montañas. Me dijeron que el alma se me había escapado
por la sangre, que tenía que esperar a que amaneciera para que, con luz, el
alma me encontrara, porque no podría verme de noche si seguía. Y yo no debía
moverme, allí debía esperar, que no querían gente sin alma cruzando esas
montañas..."
Fragmento de "Gente de México" por Waldemar Verdugo Fuentes.
ACERCA DE JUAN RULFO